Sobre el respeto

Lo que me alejó de Metallica es lo que yo llamo «la perpetua falta de respeto». No importaba lo duro que trabajara, seguía habiendo falta de respeto. No hablo de las novatadas que sufrí los primeros seis meses en el grupo, sino de una falta de respeto en general, de desprecio. La humillación constante, la llamo yo.

—Jason Newsted, músico

Una necesidad vital

La actividad intelectual es algo que realmente necesito a gritos para poder sentirme vivo. O sea, tener gente para poder usar el intelecto sin ninguna pretensión. Lo digo como una necesidad vital, de la misma manera que la gente se alimenta o respira. Necesito del intelecto y necesito gente que comparta conmigo eso.

—Agustín Comotto, ilustrador

Adiós, José Luis

La semana pasada dijimos adiós al bueno de José Luis Infante Faura, también conocido como El Tano, y aún no nos hacemos a la idea de que ya no esté entre nosotros.

Muchos conocimos a José Luis, en su faceta de flâneur entusiasta, gracias a los peripateos organizados por Paco Navamuel, otro caminante incansable. Pero José Luis fue muchas más cosas: payaso, creativo publicitario, escritor, divulgador, guía turístico, dinamizador cultural, … Y desde hace unos años, estábamos frente a un historiador en ciernes, ya que estaba cursando Historia y Geografía en la UOC, una carrera que le entusiasmaba. Realmente, tenía la capacidad de acabar siendo todo lo que se proponía, y eso, a los que solo sabemos hacer un par de cosas medio bien, nos suscitaba una mezcla de admiración y envidia.

Él fue quien nos presentó al ilustrador Lluïsot, y con ellos dos recorrimos el Raval de arriba a abajo. Gracias a José Luis también conocimos a Bernabé Martínez y su colección de máquinas de coser, y visitamos la fábrica de cerámica Can Batllori y el estudio fotográfico Daguerre, por poner algunos ejemplos. Y a su lado descubrimos calles, rondas, avenidas, esquinas y fronteras de Barcelona, desde Ciutat Meridiana hasta Zona Franca, pasando por su querido barrio de Sants. Lo cierto es que ahora va a ser casi imposible andar por cualquier rincón de la ciudad sin poder evitar sentir un gran nudo en el estómago.

Lo más jodido es que no solo hemos perdido a un compañero de caminatas sino sobre todo a un amigo con el que compartir comidas, conversaciones y experiencias. Ojalá que el protagonista de su cuento «El fantástico levantador de tristezas», cuyo trabajo consiste en levantar, cada noche, penas de un peso descomunal ante un público expectante, haga un último esfuerzo y consiga levantar lo que estamos sintiendo estos días.

Te echaremos de menos. 😢

El fantástico levantador de tristezas

Mi trabajo, cada noche, consiste en levantar tristezas de un peso impresionante. Es un acto muy esperado por el público. Supongo que les da morbo ver cómo mis músculos se tensan hasta casi estallar bajo este peso sobrehumano.

A veces, creo que no lo voy a conseguir. Todo mi cuerpo cruje y mis huesos se empiezan a quebrar.

Pero al final siempre lo logro. Y el público estalla en una gran ovación, aliviado.

Es un momento que disfruto mucho. Debo reconocer que levantar tristezas me da mucha alegría y satisfacción.

Vamos, es lo mío.

–José Luis Infante Faura, «El fantástico levantador de tristezas»

El fotógrafo fotografiado

¿Cómo es posible que todo fotógrafo que se tome a sí mismo como modelo se vea obligado a justificar constantemente esta narcisista cuestión del narcisismo, cuando a nadie se le ocurriría preguntarle a Charlie Chaplin, Jacques Tati o Woody Allen si sufren de excesivo culto del yo? Y es que la fotografía está hecha de modo tal que, por su referencia ontológica a la realidad, arrastra por delante, como una tara original su fidelidad incurable a lo real.
Poniendo al mal tiempo buena cara, y con un dominio total de su arte, el fotógrafo burlón responderá al ataque con una salva de imágenes. Y se entregará a fondo, usando, no solo la precisión enfermiza del medio, sino su duplicidad, este otro vicio que las hadas arrojaron pérfidamente sobre la cuna de la fotografía.
Sin hacerse de rogar, representa una y otra vez, para los espectadores ingenuos, la farsa del fotógrafo fotografiado.

Armelle Canitrot, «Ser dueño de uno mismo»

La incapacidad para el elogio

No existe crítico profesional que obtenga relevancia por sus comentarios positivos de obras ajenas, sino que cuanta más negatividad salvaje transmita, acaparará más atención y respeto. Por eso, el elogio se ha convertido en algo tan comprometido en la sociedad. Para muchos es un signo de debilidad. Están dispuestos a reconocerle a alguien el talento, pero para no sentirse disminuidos se ven obligados a revocar el elogio o por lo menos aplicarle la rebaja preceptiva.

– David Trueba, «A cuestas con el elogio»

¡Habemus póster!

Tras varias semanas de trabajo, por fin puedo compartir por aquí el anuncio de la publicación en Ediciones Posibles de «The Sky Inside», un póster de 50x70cm que recoge en forma de mosaico la serie de 49 fotos de cielos que hice durante el confinamiento.

La verdad es que aún tengo que pellizcarme para convencerme de que esto es real. En estos casi 20 años que llevo haciendo fotos no me han surgido muchas oportunidades para enseñar mi trabajo, y, por eso, este gesto es muy significativo para mí.

Muchas gracias a Alex y Josep Maria por creer que este material tenía posibilidades y arriesgarse apostando por un proyecto de alguien apenas conocido en el mundillo. Gracias también a Estudios Durero por su excelente trabajo en la impresión.

El póster ya se puede comprar en preventa en la web de la editorial y los envíos se realizarán a partir del 7 de julio. Los beneficios obtenidos con la venta de este póster irán íntegramente destinados a la lucha contra el COVID-19.