En los últimos años, las tradicionales paradas de churros han ido desapareciendo de forma progresiva de la ciudad de Barcelona. A principios de los 90, el Ayuntamiento decidió dejar de otorgar nuevas concesiones para su instalación permanente en la vía pública. Hasta hace poco, únicamente estaba permitida la transmisión de licencias entre familiares de primer grado de consanguinidad, es decir, de padres a hijos. Pero, en la mayoría de los casos, los segundos no estaban interesados en continuar con el negocio. A esta falta de relevo generacional se sumó el descenso de ventas causado por la crisis, que puso en riesgo la viabilidad de estos establecimientos. Estos dos factores obligaron a muchos dueños a echar el cierre definitivamente. Actualmente, en toda la ciudad solo quedan en pie una veintena de paradas, muy pocas en comparación con las más de 70 que llegó a haber hace 25 años.
No hi ha parada de xurros
al carrer Urgell, cantonada Borrell.
No hi ha parada de xurros
al carrer Urgell, cantonada Borrell.
Perquè són paral·lels,
perquè són paral·lels,
i la gent, en passar,
no en podia menjar…canción popular (fragmento)