El miércoles pasado asistí a la tercera clase del taller de fotografía de autor que imparte el fotógrafo Juan de Dios en el Pati Llimona.

Empezamos hablando del llamado Efecto Kuleshov, que ya conocía gracias a una entrada en el blog de mi amigo Pedro. A principios del siglo pasado, el cineasta y teórico soviético Lev Kuleshov realizó un curioso experimento. En una sala de proyección, ante un público que sería usado como conejillo de indias, se proyectaron intercalados un único primer plano inexpresivo del actor Ivan Mozzhukhin junto a diferentes imágenes: un plato de sopa, una niña en un ataúd y una mujer en un diván. Este experimento demostraría la tremenda importancia que tiene el montaje en el lenguaje cinematográfico.

Continuamos la clase echando un vistazo a la serie “La ventana de mi estudio” del fotógrafo checo Josef Sudek. Comenzada en 1940, en plena ocupación nazi a comienzos de la segunda guerra mundial, “La ventana de mi estudio” es una serie de fotografías intimistas y, en ocasiones, casi abstractas de las vistas que ofrecían las ventanas del estudio del artista en la ciudad de Praga.

A continuación vimos una selección de imágenes de un fotógrafo catalán que no conocía llamado Joan Ribera. Un artista que hizo del paisaje catalán, sobretodo el de la comarca del Berguedà, el protagonista principal de su obra.

Acabamos la primera parte de la clase viendo un par de trabajos del propio Juan de Dios. El primero de ellos, titulado “Einsamkeit”, es una serie de paisajes realizados en Islandia que evocan la obra de pintores románticos del siglo XIX, como Friedrich o Turner.

El segundo de sus trabajos, llamado “Inventario”, es, como indica su propio título, un inventario de recuerdos representados en forma de fotografías, cuadros y souvenires de épocas pasadas.

Dedicamos el resto de la clase a revisar y comentar en grupo el ejercicio que Juan de Dios nos encargó la semana anterior: una serie de cinco a diez imágenes que mostrasen nuestra relación con nuestros vecinos.