La serie “Kusho” del fotógrafo Shinichi Maruyama está compuesta por veintitrés fotografías de gran formato a todo color que muestran la interacción que se produce entre la tinta negra y el agua, tanto en el aire como en superficies blancas. El fenómeno que captura Maruyama, dos líquidos colisionando un milisegundo antes de que se mezclen completamente, es el resultado de varias acciones y aparatos. Las imágenes resultantes deconstruyen literalmente los elementos materiales del dibujo y la caligrafía con tinta, permitiéndonos ver con gran detalle procesos químicos y físicos invisibles al ojo humano. Las fracciones de segundo necesarias para fotografiar estas imágenes son posibles gracias a los últimos avances en iluminación estroboscópica, permitiendo al artista registrar fenómenos en unas impresionantes 20.000 milésimas de segundo.

La serie “Anonymous lives” del fotógrafo Paul Giguere representa una gran novedad respecto las típicas fotografías realizadas en el metro. Para crear el efecto etéreo que estaba buscando, utilizó un objetivo descentrable que le permitía mostrar partes de las imágenes desenfocadas dejando el resto de elementos reconocibles.

El año 2001, la fotógrafa KayLynn Deveney conoce al ingeniero aeronáutico retirado de 85 años Albert Hastings cuando se traslada a la ciudad de Newport en Gales para estudiar fotografía. Así empieza un proyecto de cinco años en el que la autora se dedicó a fotografiar a su vecino en su entorno.

En su serie “You are what you eat”, el fotógrafo Mark Menjivar retrata el interior de varias neveras y comparte algunos datos reveladores acerca de sus propietarios.

Los cuatro elementos clásicos griegos han sido fuente de inspiración para numerosos artistas a lo largo de la historia. Utilizando un lenguaje más simbólico que descriptivo, la fotógrafa Lane Collins nos ofrece en su serie “Alchemy” su interpretación personal del elemento más difícil de plasmar en fotografía: el aire.

Tomadas a lo largo de más de veinte años, desde Bélgica hasta Maruecos, pasando por la India y Egipto, las imágenes de “Rivages” muestran la fascinación del fotógrafo Harry Gruyaert por el horizonte, por esas sutiles vibraciones cromáticas de las costas de oriente y occidente.

Cuando la mayoría de nosotros miramos ordenadores, únicamente vemos plástico y cables. Cuando el fotógrafo Mark Richards mira estos mismos ordenadores, ve arte.